Feliz y sereno proceso de adaptación en P3

Visitamos a los alumnos de P3 durante los primeros días de curso y, en su caso, de escuela. Ahora ya han superado con éxito y de forma muy fluida el proceso de adaptación que por segundo año consecutivo seguimos en la escuela, con tal de acompañarles en este cambio que suele generar emociones diversas. Flexibilizando nuestro horario e incluso invitando a los padres a permanecer en el aula las primeras horas como referente seguro para el alumno, hemos comprobado cómo el resto fluye de forma orgánica y natural. 

En clase, la actividad también se ha ido implementando de forma progresiva. Los primeros días, la propuesta se basaba sobre todo en juego libre y la integración de hábitos y rutinas para adquirir confianza: ponerse la bata solos para trabajar la autonomía, segurizarse en el espacio del aula y del patio, aprender donde están la percha y la bandeja de cada uno, donde colocar el vaso y el neceser, etc.

Si bien la primera semana Ylenia les ofreció todo el material de juego que hay en el aula, desde construcciones, marionetas, puzzles, animales, roscas para hacer collares… poco a poco ha ido introduciendo ya actividades también de mesa, como pintar un “rainbow” para trabajar el trazo, los colores, las líneas… y sobre todo, para entender, interpretar e identificarse con el nombre de su clase. De esta forma, ella y Berta como profesora auxiliar, pueden ir observando el ritmo de cada alumno para respetar su desarrollo natural, ya que a esta edad suelen haber distintas velocidades dependiendo del mes del año en que nacieron. 

Por ello, lo más importante a principio de curso de P3 es que los alumnos se conozcan entre ellos, adquieran interés por las actividades y las realicen de forma serena, en ocasiones acompañados con música relajante. Una manera de reforzar este vínculo es el “bon dia”, pasar lista cada mañana para ubicarse y anticipar qué pasará a continuación y por encima de todo, la hora del recreo. Nuestro divertido patio de infantil al estilo parque, con casita de madera, toboganes, el pequeño castillo, el arenal y el huerto es un espacio perfecto para ello, que a la vez les permite estar en contacto diario con la naturaleza y ahora, con el ambiente otoñal.