Mayor implicación en el propio aprendizaje, gracias a la Cultura de Pensamiento

Los alumnos de 4º de ESO están estudiando a los autores españoles del s.XX, ya que el currículum de lengua castellana les marca que deben reconocer tanto a los de la generación del 98, del Novecentismo y de la generación del 27. Este año, en vez de estudiarlos memorizando las características de cada autor y comentando los textos, han ido más allá y han utilizado las herramientas que les brinda la Cultura de Pensamiento y que -a estas alturas del curso- ya todos dominan.

Por ejemplo, en esta clase que se ve en las fotografías, Gloria les repartió una hoja con 5 fragmentos de distintos escritores, ensayistas y poetas españoles, tanto de la generación del 98 como de la del 27. En vez de estar cada alumno trabajando de forma individual en su mesa separada del resto, la nueva dinámica de pensamiento promueve el trabajo colaborativo y cooperativo, aunque muchas veces el primer paso sea el “yo con yo”, es decir, reflexionando de forma individual. 

A partir de allí trabajaron de forma conjunta utilizando tres rutinas de pensamiento distintas. La primera era “Leo, pienso, me pregunto”, para realizar observaciones rigurosas y estimular el pensamiento, a través de las interpretaciones de cada uno. La segunda fue la de “Palabra, idea, frase” que les ayudó a comprender, investigar y llegar a fondo. Mediante esta rutina identificaron, por ejemplo, a los autores de los fragmentos que no llevaban título, como el que empezaba con el verso ¡Oh ciudad de los gitanos! y que  los alumnos asociaron a Federico García Lorca, o el que hablaba del mar y de la nostalgia, que identificaron con Rafael Alberti. 

Por último, utilizaron la rutina del “Titular” para llegar a la esencia, a la idea clave y mensaje de cada autor, identificando así rápidamente a Machado cuando el texto hablaba de los campos de Soria y a Miguel Hernández, en las estrofas dedicadas a los campesinos… Os invitamos a ver las fotografías donde se aprecia en detalle la documentación que hacen los alumnos del mismo temario que siempre, ya que el examen también tiene el mismo formato, pero utilizando nuevas vías para llegar a un conocimiento mucho más consciente y que facilitan que los alumnos se impliquen mucho más en su propio aprendizaje.